Aturor: Laura Gallego García
Editorial: Minotauro
Número de páginas: 272
ISBN: 9788434886292
Precio: 14 €
Puntuación: 6
El mundo natural de Mannawinard lleva mucho tiempo enfrentado al mundo tecnológico de las dumas. Cinco humanos de diferentes orígenes y un androide tienen la solución: pero antes deberán encontrarse y emprender juntos un viaje lleno de peligros donde mercenarios, mutantes y robots destructivos intentarán acabar con sus vidas.
Las hijas de Tara es una trepidante novela de aventuras situada en un mundo fantástico que no resulta muy diferente del nuestro. En él, la manipulación genética y el perfeccionismo de las máquinas hacen que muchos humanos se planteen una vuelta a la naturaleza.
Las hijas de Tara es una trepidante novela de aventuras situada en un mundo fantástico que no resulta muy diferente del nuestro. En él, la manipulación genética y el perfeccionismo de las máquinas hacen que muchos humanos se planteen una vuelta a la naturaleza.
Aquí estamos, unos 6 años después de haber leído a Laura Gallego por última vez con Donde los árboles cantan. Las hijas de Tara ya tiene sus años y sí que lo conocía cuando era pequeña, pero por alguna razón, nunca lo leí. Hace poco volví a acordarme de su existencia y me entraron muchas ganas de leerlo, sobre todo con esa portada tan preciosa de la reedición de Minotauro.
Antes de nada, voy a hablar un poco de qué va la historia. Nos encontramos en un mundo futurista, dividido en Mannawinard, una explosión de naturaleza y de vida salvaje que cubre la mayor parte del planeta y que ha acabado con la civilización tal y como la conocemos, y las dumas, enormes ciudades tecnológicas que se resisten al crecimiento de esta selva imparable. Ambos mundos están separados por los Páramos, regiones desérticas y desoladas en las que la radiación hace imposible la supervivencia.
En medio de este contexto tenemos a Kim, una urbanita -habitante de las dumas- miembro de una organización mercenaria, que ha recibido el encargo de robar un robot de una de las grandes empresas que controlan las dumas. Lo que Kim no sabe es que ese robot es mucho más importante de lo que parece. Kim se verá envuelta en un viaje a través de los Páramos y de Mannawinard, en el que conocerá a Keyko.
Keyko es una hija de Tara. Ella cree en la Madre Naturaleza, en el poder de la vida, en su diosa Tara, y es enemiga de las dumas y de todo lo que representan.
Una vez puestos un poco en situación, ¿qué tal ha sido el reencuentro con esta autora a la que tanto cariño tengo?
Bueno, antes de nada he de decir que Las hijas de Tara está enfocado a un público más joven, y eso se nota mucho. No hay nada que chirríe en este libro, es muy aceptable a nivel de trama, personajes y mundo, pero no tiene el tono de otros libros de fantasía adulta -que, por otro lado, tampoco esperaba que lo tuviera-.
El mundo de ciencia ficción creado por Laura Gallego lo he disfrutado, pero creo que alguien que lea ciencia ficción más a menudo que yo, lo encontrará poco original porque es un tema que ya hemos visto en numerosas ocasiones: la eterna lucha entre la naturaleza y la tecnología, con final feliz incluido. Yo lo he disfrutado, es cierto, pero mentiría si dijera que no es predecible o que algunas partes se me hicieron demasiado planas.
Y luego tenemos los pequeños detalles que delatan que este libro es claramente juvenil. Disparos que NUNCA dan en el objetivo, una relación de amor un poco precipitada y que yo la he visto muy cogida con pinzas, personajes correctos pero sin ir más allá de una o dos características que los diferencian, muchas aventuras pero sin ese tono oscuro y maduro de la fantasía adulta. La magia no está mal, todo hay que decirlo, aunque es cierto que tal vez con más páginas, podría haber dado más de sí.
A pesar de todo esto, en general la experiencia ha sido positiva. Sabiendo lo que me iba a encontrar he podido disfrutar el libro, aunque no al nivel de cuando era más pequeña, eso está claro. Es entretenido y si te gusta la autora, no te va a decepcionar
Las hijas de Tara ha sido una buena forma de reencontrarme con Laura Gallego, a la que hacía tanto tiempo que no he leído. Por supuesto, el tiempo no perdona y es que se nota que este tipo de libros se me han quedado un poco infantiles, pero igualmente no ha sido una mala experiencia.