Autora: Christine Kabus
Editorial: S.A Ediciones B
Número de páginas: 544
ISBN: 9788466652230
Precio: ?
Puntuación: 3
Nordfjordeid, 2010. Después de la muerte de su madre, Lisa, una exitosa fotógrafa alemana, recibe un paquete de parte del notario de la familia. El mismo contiene un antiguo medallón, con la foto de una pareja en tiempos de guerra, y una carta de su madre. Esta foto amarillenta la llevará a viajar al tranquilo pueblo de Nordfjordeid, en Noruega, y será la única pista para que Lisa pueda rastrear y descubrir quiénes fueron realmente sus antepasados. Lisa penetrará en la vida de los fiordos y descubrirá en ellos no solo el verdadero amor sino también el verdadero origen de su madre
Yo leyendo este libro, descripción gráfica:
Tenía que ponerlo xD Vale, ahora en serio:
En el corazón de los fiordos es una novela landscape, ambientada en Noruega y narrada a dos tiempos. La trama gira en torno a un secreto familiar, y las protagonistas son dos mujeres con sus respectivos dramas e historias amorosas. Es una premisa que tiene muchos puntos para gustarme. Aunque no buscaba nada más que una lectura ligera y entretenida, me ha sorprendido lo mucho que he odiado este libro. De hecho, ni siquiera he podido terminarlo, lo he dejado a medias, pero necesitaba hacer esta reseña para despotricar a gusto.
Como ya he dicho, es un libro que tiene dos historias paralelas: una en presente y otra en el pasado.
En la historia del pasado tenemos a Mari, una joven noruega que vive en una granja con su familia. Su historia transcurre durante la ocupación de Noruega por parte de los alemanes durante la IIGM.
La historia de Mari es básicamente un INSTALOVE como pocos he visto. Pero es un instalove del nivel de que la chica ve al galán en cuestión, se miran a los ojos y se pone en plan: Oh dios mío, que ojos más preciosos, ¿qué es esto que siento? Nunca había sentido nada parecido, me siento abrumada... Esto pasa en el tercer capítulo, más o menos, y yo ya estaba diciendo: ¿en serio?
Decidí continuar, pero la historia entre Mari y el alemán en cuestión -cuyo nombre ni recuerdo- es super empalagosa, cursi, predecible y surge absolutamente de la nada. Vale que fueran otros tiempos, pero literalmente intercambian 3 palabras o menos antes de enamorarse locamente el uno del otro.
Luego tenemos la historia del presente con Lisa, una fotógrafa que viaja por todo el mundo y que adora su trabajo. Un día de pronto descubre que su madre era adoptada, y decide irse a Noruega para investigar más sobre su familia biológica y, en concreto, su abuela (sí, habéis adivinado bien, su abuela es Mari).
La historia de amor de Lisa no es para menos. En realidad, como dejé el libro a medias realmente no llegó a desarrollarse, pero ya se veía por dónde iban los tiros. Lisa, que al principio piensa que el chico es idiota a pesar de no haber hablado con él en su vida, en una escena concreta se monta con él en la bicicleta por razones que no vienen al caso y cuando huele su olor corporal le entra una sensación embriagadora. Empieza a sentir algo que no había sentido antes, que la emociona y la asusta a la vez.
QUE. ME. ESTÁS. CONTANDO.
Literalmente, la chica esnifa el olor del chico y ya está enamoradita perdida, aunque no quiera admitirlo. Que alguien me diga que colonia usa este hombre porque yo la quiero.
Pero ya no es sólo las dos historias de amor, que son para vomitar arcoiris. Es que de verdad que este libro no tiene nada a lo que aferrarse.
La mayoría de situaciones son super irreales, inverosímiles y hay demasiadas casualidades muy forzadas. Además, cuando Lisa decide plantarse en Noruega para averiguar más cosas de su familia, resulta que cada maldita persona que conoce allí es amabilísima. A los dos días la tratan como si fuera de la familia, la invitan a fiestas, celebraciones, a salir con los amigos... Incluso hace una amiga con la que tiene la confianza de contarse cosas muy personales. Y todo esto en menos de una semana. Pero, ¡por favor! En la vida real no pasan estas cosas, al menos a mí.
Además, los personajes es que no tienen absolutamente nada. Nada. No sabemos nada de ellos, ni siquiera de las dos protagonistas.
Mari es una chica inocente a la que le encantan los caballos y está enamorada del alemán.
Lisa es fotógrafa, afectada por la muerte de sus padres. La única profundidad que tiene es que se pasa todo el libro engañándose a sí misma porque su pseudo novio la está presionando para formalizar su relación e irse a vivir juntos. Lisa, como mujer hecha y derecha que es, en vez de tener una mínima inteligencia emocional, analizar sus sentimientos y decirle a su novio que necesita tiempo para pensarlo, que se siente agobiada, se dedica a fingir que todo va de perlas y a acallar sus dudas.
Olé, claro que sí.
Hija mía, que no tienes 17 años, estás ya en la treintena, ¿vale? Un poquito de coherencia.Por si fuera poco, la forma de escribir de la autora me ponía de los nervios. No eran faltas de ortografía exactamente, pero sí que encontraba frases mal formuladas o que quedaban muy raras, que no se entendía lo que querían decir o palabras que no iban ahí. Además, la pluma era simple en el mal sentido, sin apenas descripciones, de forma que aunque te intente vender el libro con el cuento de que transcurre en Noruega, realmente podría estar transcurriendo en el pueblo de al lado que la diferencia no se notaría mucho.
A pesar de todo esto, podría haber terminado el libro si hubiera sido ágil, ligero de leer. Se pasan rápido las páginas, es verdad, pero es que es un auténtico aburrimiento. En serio, había páginas y páginas en las que no pasaba absolutamente nada. La trama avanzaba lentísima y yo me aburría. Me salté como 30 hojas y no me perdí nada. A este libro creo que le sobran unas 200 páginas.
En fin, un completo desastre. Objetivamente creo que sí es una lectura que se puede disfrutar si no esperáis demasiado, pero yo es que no puedo recomendarlo ni para desconectar, para mí no hay nada que se salve.