Título: Brisingr
Autor: Christopher Paolini
Editorial: Rocabolsillo
Número de páginas: 708
ISBN: 9788499303802
Precio: 11 €
Puntuación: 10
Ciclo del Legado
3. Brisingr
Sinopsis:
Eragon y su dragona, Saphira, han conseguido escapar con vida después de la colosal batalla contra los guerreros imperiales. Una vida que Eragon sabe sujeta a la fuerza de las promesas sin cumplir. La primera es la que Eragon le hizo a su primo Roran: rescatar a su amada, Katrina, de las garras del rey Galbatorix. Sin embargo, éste no es más que el primero de sus compromisos. Eragon también le debe la lealtad a los vardenos, quienes necesitan desesperadamente su talento y su fuerza, y lo mismo les sucede a elfos y enanos. Cuando los problemas empiezan a aflorar y el peligro ataca desde todos los flancos, Eragon se ve obligado a elegir. Una elección que podría llevarlo a recorrer el Imperio entero, e incluso más allá de sus fronteras; una elección que podría acabar con un sacrificio inimaginable. Eragon es la única esperanza de salvar Alagaësia de la tiranía. ¿Podrá el hijo de un granjero unir a las fuerzas rebeldes y vencer al Rey?
Opinión personal:
Pensaba que esta saga ya no me podía sorprender más, pero lo increíble de Christopher Paolini es que cada libro que escribe es mejor que el anterior.
Después de la buena impresión que me dejó Eldest, pensaba que sería difícil que Brisingr estuviera a la altura, pero lo ha estado (si no lo ha superado).
El libro comienza con Eragon y Saphira ayudando a Roran a rescatar a Katrina de los Ra´zac, tal como le prometió que haría. Desde la página primera hay acción, y el libro comienza con un ritmo fuerte y trepidante, desde luego un despegue muy prometedor.
En Eldest nos encontramos con que los capítulos se alternaban entre Roran y Eragon, cosa que hizo más amena la lectura. En este tercer libro, otros personajes tienen capítulos puntuales, como Saphira, Nasuada, e incluso algún capítulo dedicado a Glaerd (el cuál me ha encantado, porque te muestra la peculiar forma de ver las cosas del dragón dorado).
Brigingr, al igual que el anterior,
te sumerge más en Alagäesia, ya que al terminar la lectura te sientes parte de este fantástico mundo.
Aprendes muchas cosas acerca de todas las razas, como las costumbres de los elfos, la religión de los enanos o la forma de ser de los úrgalos (una raza a la que últimamente estoy cogiendo mucho cariño, a pesar de que al principio no me hizo ni pizca de gracia que los vardenos decidieran aliarse con ellos).
La pluma de Christopher se siente más adulta y madura, algo que ya se notó en el libro anterior, pero sin dejar de lado su fluidez habitual, que hace que la lectura no resulte pesada en ningún momento.
Algo que me encantó de este libro fue que, a medida que pasan las páginas, se van desvelando secretos que el lector no se espera para nada, tanto futuros como historias del pasado (acerca de los padres de Eragon, acerca de Galbatorix y de la caída de los Jinetes) además de que hay numerosos giros en la trama, que sólo ayudan a que el libro nos atrape todavía más.
Un aspecto que me ha gustado ha sido que Oromis y Glaerd no pierden protagonismo en este libro, (si no que adquieren incluso más) ya que son dos personajes que me encantan, y que me parece que aportan mucho juego a la trama.
También observamos una madurez en la mayoría de los personajes: todos evolucionan a lo largo del libro, y me alegra decir que la mayoría para bien.
El cambio más evidente es el que sufre Eragon. A los ojos del lector, poco a poco va dejando de ser un adolescente impulsivo y que no sabe nada de la vida, sino que se convierte en un hombre que sabe meditar sus decisiones, más razonable y mucho más maduro.
También Saphira madura, convirtiéndose en una dragona temible y respetada.
Arya, la elfa, deja de mostrarse tan fría y retraída, y se muestra más humana en esta entrega, lo que la ha hecho ganar muchos puntos a favor.
Y Murtagh y Espina... pues bueno, no hacen más que aportar escenas de acción y tremendas batallas que suceden a lo largo del libro y que mantienen el interés y la tensión del lector.
La acción se alterna a su vez con partes más lentas, con diálogos tranquilos y capítulos que a pesar no dejan de ser interesantes a pesar de ser más calmados.
El final no me ha decepcionado en absoluto. No ha conseguido superar el final de Eldest, que en mi opinión fue una obra de arte, pero ha estado a la altura del resto del libro, y te deja con unas ganas tremendas de leer la siguiente entrega.