Director: George Miller
Guionistas: Nick Lathouris
Género: Acción
Duración: 2 horas
Puntuación: 8,5
Perseguido por su turbulento pasado, Mad Max cree que la mejor forma de sobrevivir es ir solo por el mundo. Sin embargo, se ve arrastrado a formar parte de un grupo que huye a través del desierto en un War Rig conducido por una Emperatriz de élite: Furiosa. Escapan de una Ciudadela tiranizada por Immortan Joe, a quien han arrebatado algo irreemplazable. Enfurecido, el Señor de la Guerra moviliza a todas sus bandas y persigue implacablemente a los rebeldes en una "guerra de la carretera" de altas revoluciones...
Antes de empezar por la reseña, decir que si vi la trilogía original de Mad Max fue porque estrenaban esta película en el cine y el trailer me llamó tanto la atención que cuando me enteré de que era la secuela de una trilogía, me dije: no puedo verla sin haber visto las anteriores.
Realmente, Mad Max: Furia en la carretera se puede ver con total independencia de las anteriores y os lo prometo: no os vais a perder en ningún momento. La trama tiene total independencia y empieza y acaba en esta película. Lo único que desconocerás si no has visto las anteriores es el pasado de Max, al cual se hacen algunas alusiones pero realmente no es importante para seguir el hilo de la película.
Esta película es pura acción. Una película intensa, que no te da ni un segundo de descanso, con la que sin duda no te vas a aburrir y te va a mantener pegado a la pantalla. Tiene un ritmo frenético, todo es una locura en ella, es Mad Max es su más puro estado. Coches, persecuciones, un mundo desolado y gente que realmente está mal, pero muy mal, de la cabeza.
La trama en sí misma no es ninguna maravilla, sino que simplemente es la historia de una persecución, que se da por unos motivos u otros. Es lo más sencillo que existe, pero esto no le quita interés a la película. Lo que pretende Mad Max es entretener, no crear una trama que te haga comerte el coco, pero no es una película barata de acción, sino una buena película de acción, que merece la pena, que cala al espectador y que no se olvida fácilmente.
Se desarrolla en un mundo postapocalíptico en el que el agua y la gasolina son los bienes más preciados. Todo es un desierto y los pocos humanos que se encuentran esparcidos por él sobreviven como pueden. El ambiente es toda una maravilla: esos paisajes desérticos, esas dunas, esas tormentas de arena, esos colores dorados que hacen que no puedas apartar la vista de la pantalla. También el vestuario está exquisitamente cuidado: es raro y excéntrico y muchas veces raya lo absurdo, pero eso es lo bueno de esta película. Hay situaciones absurdas, personajes que están locos de remate, todo tiene un ritmo caótico y un hay un ambiente general de locura, y eso es genial porque probablemente no lo encontraréis en ningún otro sitio más que en Mad Max.
Los personajes principales, Max y Furiosa, me han encantado. Al principio el actor que hacía de Max no estaba segura de si me iba a convencer, pero su actuación me ha atrapado totalmente y ha sabido meterse en la piel del personaje. Sigue siendo el mismo de siempre: silencioso, hosco, dispuesto ante todo a sobrevivir y aún así, inevitablemente su lado más humano y bueno sigue saliendo a la luz. Pero la verdadera protagonista es Furiosa, y su personaje tiene una fuerza y una personalidad que eclipsa a todos los demás. Ella es la que carga en sus hombros con el peso de toda la película y se desenvuelve maravillosamente bien en la pantalla.
En definitiva: esta película de acción, a pesar de tener un argumento simple, está cuidada de principio a fin, y cuenta con un ritmo de vértigo, unas actuaciones muy logradas y unos escenarios y una estética que no dejan nada que desear. Sin duda, una de las mejores películas de acción que he visto.