Título: La ladrona de libros
Autor: Markus Zusak
Editorial: Lumen
Número de páginas: 544
ISBN: 9788426416216
Precio: 21 €
Puntuación: 10
Sinopsis:
Una novela preciosa, tremendamente humana y emocionante, que describe las peripecias de una niña alemana de nueve años desde que es dada en adopción por su madre hasta el final de la II Guerra Mundial. Su nueva familia, gente sencilla y nada afecta al nazismo, le enseña a leer y, a través de los libros, Rudy logra distraerse durante los bombardeos y combatir la tristeza. Pero es el libro que ella misma está escribiendo el que finalmente le salvará la vida.
Opinión personal:
Seguramente desde que salió la película habréis oído hablar de La ladrona de libros, sobre todo porque en general las críticas a la adaptación fueron muy buenas. Yo todavía no he visto la película (sí, es para matarme) y no tengo excusa, pero vengo hoy para hablaros del libro.
Desde la página uno, La ladrona de libros cuenta con un estilo original, principalmente porque está narrado nada más y nada menos que por la muerte. Vale, dicho así puede sonar demasiado raro, en plan ¿cómo puede estar un libro narrado por la muerte? pero la verdad es que si este libro es tan especial, en gran parte es gracias a eso. La muerte nos cuenta en primera persona la historia de Liessel, con capítulos cortos y un estilo muy ligero. Además, de vez en cuando nuestra narradora hace anotaciones aparte que están cargadas de humor, que en más de una ocasión me han sacado alguna carcajada y que hacen la lectura muy amena y sí, es una muerte muy humana. Nos presenta la historia desde un punto subjetivo, aportando sus propias opiniones e incluso sus sentimientos con respecto a los personajes.
Como ya sabréis, está ambientado en la Segunda Guerra Mundial, pero de un modo diferente al de otros libros como El niño con el pijama de rayas: nos quiere mostrar cómo vivieron aquellos días los ciudadanos normales, tan normales como una niña alemana que vive en un pequeño pueblo con sus padres adoptivos. Los campos de concentración, los soldados en el frente, los judíos escondidos... todo eso queda un poco lejos en esta novela y nos muestra el día a día de las personas normales que se vieron en medio del conflicto.
Los personajes de esta novela son uno de sus muchos puntos fuertes. Poco a poco vas conociéndoles a todos, simpatizando con ellos, conociendo sus costumbres, sus gustos y sus defectos; y antes de que te des cuenta se van haciendo un hueco en tu corazón. Sin duda todos han conseguido enamorarme, unos antes y otros después, pero todos. Sobre todo he de nombrar a Hans Hubermann, el padre adoptivo de Liessel. Es un hombre cariñoso, amable, con un corazón de oro y que adora a nuestra protagonista. Un personaje que sin lugar a dudas se ganará la simpatía y el cariño del lector. También está Rudy, un niño alocado, sonriente y bastante travieso del que me enamoré *_* Y Max, un personaje cuya historia al principio comienza paralela a la de Liessel, pero que finalmente terminan convergiendo. Y un montón de personajes más, pero que como empiece a nombrarlos a todos escribo aquí El Quijote.
Aunque La ladrona de libros no es un libro siempre deprimente, tiene sus momentos alegres y más de una vez me ha hecho reír con las aventuras de Liessel y Rudy, en general siempre transcurre sobre un fondo trágico. Eso sobre todo lo vemos en el final, con el cuál no pude llorar más, a pesar de que nuestra querida amiga la Muerte nos suelta más de un spoiler a lo largo del libro (sí, me ponía negra) y nos iba "preparando" un poco para lo que iba a suceder. Como ya digo, aunque me lo imaginaba, fue igualmente impactante.
Resumiendo: La ladrona de libros es una de esas novelas que vives como si estuvieras en ella. Te hace reír y llorar, amar y a veces odiar a los personajes y sumergirte en la historia de una forma que pocos libros saben hacerlo. Sin duda, una novela que se quedará mucho tiempo grabada en el corazón del lector y que no será nada fácil de olvidar.
Desde la página uno, La ladrona de libros cuenta con un estilo original, principalmente porque está narrado nada más y nada menos que por la muerte. Vale, dicho así puede sonar demasiado raro, en plan ¿cómo puede estar un libro narrado por la muerte? pero la verdad es que si este libro es tan especial, en gran parte es gracias a eso. La muerte nos cuenta en primera persona la historia de Liessel, con capítulos cortos y un estilo muy ligero. Además, de vez en cuando nuestra narradora hace anotaciones aparte que están cargadas de humor, que en más de una ocasión me han sacado alguna carcajada y que hacen la lectura muy amena y sí, es una muerte muy humana. Nos presenta la historia desde un punto subjetivo, aportando sus propias opiniones e incluso sus sentimientos con respecto a los personajes.
Como ya sabréis, está ambientado en la Segunda Guerra Mundial, pero de un modo diferente al de otros libros como El niño con el pijama de rayas: nos quiere mostrar cómo vivieron aquellos días los ciudadanos normales, tan normales como una niña alemana que vive en un pequeño pueblo con sus padres adoptivos. Los campos de concentración, los soldados en el frente, los judíos escondidos... todo eso queda un poco lejos en esta novela y nos muestra el día a día de las personas normales que se vieron en medio del conflicto.
Los personajes de esta novela son uno de sus muchos puntos fuertes. Poco a poco vas conociéndoles a todos, simpatizando con ellos, conociendo sus costumbres, sus gustos y sus defectos; y antes de que te des cuenta se van haciendo un hueco en tu corazón. Sin duda todos han conseguido enamorarme, unos antes y otros después, pero todos. Sobre todo he de nombrar a Hans Hubermann, el padre adoptivo de Liessel. Es un hombre cariñoso, amable, con un corazón de oro y que adora a nuestra protagonista. Un personaje que sin lugar a dudas se ganará la simpatía y el cariño del lector. También está Rudy, un niño alocado, sonriente y bastante travieso del que me enamoré *_* Y Max, un personaje cuya historia al principio comienza paralela a la de Liessel, pero que finalmente terminan convergiendo. Y un montón de personajes más, pero que como empiece a nombrarlos a todos escribo aquí El Quijote.
Aunque La ladrona de libros no es un libro siempre deprimente, tiene sus momentos alegres y más de una vez me ha hecho reír con las aventuras de Liessel y Rudy, en general siempre transcurre sobre un fondo trágico. Eso sobre todo lo vemos en el final, con el cuál no pude llorar más, a pesar de que nuestra querida amiga la Muerte nos suelta más de un spoiler a lo largo del libro (sí, me ponía negra) y nos iba "preparando" un poco para lo que iba a suceder. Como ya digo, aunque me lo imaginaba, fue igualmente impactante.
Resumiendo: La ladrona de libros es una de esas novelas que vives como si estuvieras en ella. Te hace reír y llorar, amar y a veces odiar a los personajes y sumergirte en la historia de una forma que pocos libros saben hacerlo. Sin duda, una novela que se quedará mucho tiempo grabada en el corazón del lector y que no será nada fácil de olvidar.