Autora: Kathryn Stockett
Editorial: G. P. PUTNAM S SONS
Número de páginas: 464
ISBN: 9780399155888
Precio: 3 €
Puntuación: 9
En Jackson, Mississippi, en el año 1962, hay líneas que nunca se cruzan. Las doncellas negras crían a los niños blancos, pero nadie confía en que no roben la cubertería de plata en cuanto tengan ocasión. Las doncellas negras limpian los lavabos, pero tienen que ir a los suyos en la parte de atrás. Todo el mundo conoce su lugar. Pero, de repente, tres mujeres, Aibileen, Minny, y Skeeter, tienen la sensación de que están cansándose de tantas limitaciones.
Está narrado desde el punto de vista de tres personajes: Aibileen, Minny y Skeeter.
Aibileen es una doncella negra que trabaja en la casa de Elizabeth cuidando sobre todo de su bebé: Mae Mobley. Aibileen perdió a su propio hijo años atrás y desde entonces dice que siente algo, una especie de necesidad de cambiar las cosas, de hablar.
Minny también es una doncella negra muy respondona pero con un corazón de oro, que acaba de ser despedida de la casa de Miss Hilly y como venganza le ha hecho algo terrible de lo que no quiere volver a hablar.
Por último, Skeeter, una chica blanca en la veintena que quiere ser escritora y que, aunque no lo dice en voz alta, no opina igual que sus amigas en cuanto al tema de las doncellas negras.
La forma en que está escrito el libro puede ser algo complicada si se lee en inglés, ya que los capítulos de Aibileen y Minny están llenos de fallos gramaticales y expresiones que se escriben tal cual se pronuncian, por eso es un poco difícil de entender, sobre todo al principio.
Los capítulos más fáciles me parecieron los de Skeeter, precisamente porque al estar instruida, escribe sin fallos.
De todas formas, una vez que uno se acostumbra a esto los capítulos se pasan bastante rápido. La extensión varía: algunos son bastante largos mientras que otros sólo cuentan con unas pocas hojas, pero esto le da bastante dinamismo a la historia.
El ambiente en el que se desarrolla es Jackson, Missisipi, de lo más cerrado y racista del Sur de los Estados Unidos, absorto en su propia burbuja sin que le importen los discursos de Martin Luther King o Kennedy.
La discriminación racial que se vivía se describe a la perfección en los pequeños detalles. Las doncellas cuidan de los niños pero no pueden usar el mismo baño, se quieren los unos a los otros y cuando los niños crecen, se convierten en sus jefes.
Vemos situaciones preciosas, de familias blancas y negras que se ayudan mutuamente, historias de compañerismo, pero también muchas otras -y más numerosas- en las que las doncellas tienen que vivir constantemente una situación de vergüenza y humillación.
Criadas y señoras es un libro capaz de tocarte la fibra sensible. Trata el tema desde diferentes perspectivas y mezcla humor con drama de una forma refrescante y maravillosa, se encuentran en perfecta armonía. Son muchos los temas que se tratan en este libro y cada personaje tiene sus propias tragedias, pero el ritmo avanza constante y tranquilo, sin precipitarse. La relación entre Skeeter, Aibileen y Minny tarda en forjarse y ellas mismas, a pesar de querer traspasar las barreras, tienen una tarea difícil por delante.
El final es un tanto agridulce, como el resto del libro. Por un lado te deja una buena sensación de los nuevos comienzos, de todo lo que podrá cambiar a partir de ahora, y al mismo tiempo no está libre de drama.
En resumen: Criadas y señoras (o The help) es un libro muy emotivo que no deja indiferente, que trata un tema muy difícil con mucha naturalidad y que está lleno de risas y lágrimas a partes iguales. Lo recomiendo totalmente, incluso leerlo en inglés a pesar de las dificultades, porque merece la pena.