Título: La chica mecánica
Autor: Paolo Bacigalupi
Editorial: Plaza & Janes
Número de páginas: 544
ISBN: 9788401339400
Precio: 20,8 €
Puntuación: 7
Anderson Lake es uno de los pocos occidentales que ha obtenido permiso
de trabajo y residencia en Tailandia. Sin embargo, la fábrica que dirige
es una tapadera: su misión es descubrir la reserva de semillas no
modificadas de plantas desaparecidas hace muchos años en el resto del
planeta, que misteriosamente se han conservado en el aislado reino
asiático, y entregarla a la multinacional biotecnológica para la cual
realmente trabaja.
La chica mecánica nos sitúa en una Tailandia futurista, un reino que ha cerrado sus puertas al exterior para protegerse de las numerosas plagas que asolan los cultivos y que arrasan con la población.
Anderson Lake, un forastero, lleva una fábrica en la ciudad, aunque en el fondo su misión es otra: llegar hasta el banco de semillas gracias al cuál Tailandia todavía sobrevive y se mantiene independiente.
Este libro se hace bastante duro de leer durante el primer tramo. El autor nos suelta en un mundo no sólo futurista, sino también exótico y lejano. Hay multitud de términos y frases tailandesas, referencias a sucesos pasados que no se explican, aparecen nombres como el Ministerio del Medio Ambiente, Ministerio de Comercio, la Reina Niña, los camisas blancas, los pañuelos verdes, los tarjetas amarillas, piratas genéticos, fábricas de calorías, neoseres...
Lo sé, demasiada información de golpe. El autor nos suelta en mitad de este reino caótico, complejo y creado con un mimo increíble, sin darnos ninguna clase de explicación previa, por lo que el lector tiene que ir acostumbrándose y sacando sus propias conclusiones. Vamos, que
durante las primeras cincuenta páginas yo seguía estando más perdida que un pulpo en un garaje.
Sin embargo, si os animáis a leerlo, no os desesperéis. Estaréis muy perdidos al principio y os entrarán ganas de abandonarlo porque parece que no os enteráis de nada, pero aguantad.
Después de un tiempo, todo empieza a cobrar sentido y se empieza a conocer el intrincado funcionamiento de esta Tailandia.
La novela está contada desde el punto de vista de varios personajes. Pero eso sí: el título engaña. Este libro no va sobre una chica mecánica, ni mucho menos. De hecho, la susodicha Emiko, ni siquiera es uno de los personajes más importantes. Tenemos a Anderson, el miembro encubierto de una empresa biotecnológica, a Jaidee, un camisa blanca incorruptible (algo así como la policía), a Hock Seng, un tarjeta amarilla...
Los personajes son todos brillantes, y destacan porque cada uno tiene sus propios intereses y objetivos.
Aunque al principio puede parecer que las historias de unos no tienen nada que ver con las de otros, al final todas convergen y todos ellos encuentran su función en el libro.
La chica mecánica está lleno de intrigas políticas, de ricos comerciantes, de productos ilegales y de sobornos.Ya digo que la primera mitad es la más dura, pero una vez que empezamos a comprender el funcionamiento de este mundo, todo va sobre ruedas.
La última mitad engancha muchísimo, pues en ella se concentra toda la acción y la tensión. Sin duda, en este libro tanto la trama como los personajes sirven para darnos una imagen global de este futuro no tan lejano como puede parecer.
En resumen: La chica mecánica es una novela de ciencia ficción que cuesta mucho al principio, pues nos plantan en una Tailandia del futuro totalmente desconocida sin demasiadas explicaciones. Sin embargo, superadas las primeras trabas, es un libro que se disfruta muchísimo, y que merece la pena leer sólo por conocer los entramados de este reino ficticio.