El último baile, Marisa Sicila

Título: El último baile
Autora: Marisa Sicila
Editorial: Harlequin
Número de páginas: 320
ISBN: 9788468791616
Precio: 17 €
Puntuación: 6,5

Viena, 1952.

Andreas y Lilian se reencuentran inesperadamente en un café tras una larga separación. Mientras pasean juntos por el Prater, Lili recuerda su historia de amor con Andreas, su enamoramiento incondicional y juvenil, el primer desengaño, el fracaso en su intento de olvidarlo, la reconciliación y los años locos que vivieron juntos en el salvaje Berlín de entreguerras. Recuerda cómo, a pesar de las separaciones y las distancias, nunca dejaron de amarse.

Porque el de Lili y Andreas es uno de esos amores que perduran a través del tiempo y las pruebas.

Porque las verdaderas historias de amor nunca terminan.

¡Primera reseña de 2018 y primera lectura del año! Decidí leer El último baile un poco al tuntún, había oído buenas críticas, tenía una bonita portada, me aburría y... bueno, pues aquí estoy.

El último baile nos cuenta la historia de amor de Andreas y Lilian a través de los años, desde la infancia/adolescencia hasta la vida adulta. Pero empieza por el final. Después de mucho tiempo sin verse, por casualidades del destino esta pareja se reencuentra y empiezan a florecer los recuerdos de su intermitente relación.

Estamos en los años veinte, después de la I Guerra Mundial y con unos cuantos años todavía por delante antes de que empiece la segunda.
Andreas y Lilian se conocen desde la infancia ya que sus familias mantienen una buena relación y ella es muy amiga de la hermana de Andreas. Desde que tiene uso de razón, Lili siempre ha estado enamorada de Andreas, aunque él no le haga demasiado caso y solo la vea como una niña, algo así como una hermana pequeña.


El libro está contado desde el punto de vista de Lili y las páginas pasan volando. Lo leí en el ebook y me sorprendió descubrir que tenía 300 páginas porque realmente las sentí como 100.
Desde el principio, la relación entre Lili y Andreas es más bien tormentosa y está llena de drama, tanto por los sentimientos de ambos como por las circunstancias de la época, que se van haciendo más oscuras y sofocantes a medida que pasan los años.
La sensación que he tenido durante todo el libro es que había un desequilibrio importante entre los sentimientos de Lili y los de Andreas. Ella le quiere desde el principio, no tiene duda de que es el amor de su vida y siempre está ahí para él. Siempre. A pesar de las peleas y los berrinches, ella está siempre esperándole, dispuesta a darlo todo por él. Pero esto nunca -o rara vez- es correspondido. 
Andreas tiene claras sus prioridades, sabe que es joven y quiere vivir la vida, conocer mundo y no tener ninguna clase de atadura por mucho que quiera a Lili. Lo que me gustó de él es que es un personaje egoísta, que no lo da todo por ella ni mucho menos y que en numerosas ocasiones da por hecho que ella va a estar siempre ahí para él.

Así que al principio tenía problemas con el personaje de Lili. Entendía sus sentimientos por Andreas, pero me daba rabia que fuera tan dependiente de él, que le perdonara cualquier cosa, que a una palabra suya ella lo dejara todo. Era como: ¡espabila! ¡Ten un poco de orgullo!
Y también me cabreaba mucho su mentalidad, super aristócrata y cerrada. Propio de la época, es cierto, pero me sacaba de quicio.

Es justo decir que aunque al principio todo esto no me dejaba disfrutar del todo de la historia, luego las cosas van cambiando. La evolución de Lili es notable, pasa de ser una adolescente tontamente enamorada a una mujer hecha y derecha, y eso me encantó. También tengo que decir que, con los años, no es que Andreas tenga una evolución tan pronunciada pero al menos llegamos a comprenderle mejor. Es cabezota, es orgulloso y no es tan dado a mostrar sus sentimientos, pero queda patente que quiere a Lili, la respeta y la ayuda en sus peores momentos. Empecé a olvidarme de las cosas que me habían molestado al principio y fue entonces cuando pude apreciar toda la belleza que había en la relación entre ambos.

Saliendo ya un poco de la historia de amor como tal, el contexto histórico está fenomenalmente logrado. Las descripciones abundan y nos sumergimos primero en Viena, y luego en Berlín. Me encantó el contraste entre el Berlín de los años inmediatamente anteriores al nazismo, un Berlín lleno de intelectuales, de excesos, donde todo es posible, y el Berlín de después, el del miedo. Un aplauso para la autora porque se nota que se ha documentado a conciencia.

El último baile es una historia de amor a lo largo de toda una vida, como a mí me gustan, con una ambientación justo antes y durante la Segunda Guerra Mundial. Tiene personajes complicados y con fallos que no dejan de cometer errores. Pero que creo que al final es una historia no me ha calado demasiado, tal vez porque lo leí muy rápido, y va a pasar un poco sin pena ni gloria.