Reseña: El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes

Título: El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes
Autora: Tatiana Tibuleac 
Editorial: Impedimenta
Número de páginas: 256
ISBN: 9788417553036
Precio: 19 €
Puntuación: 8,5

Aleksy aún recuerda el último verano que pasó con su madre. Han transcurrido muchos años desde entonces, pero, cuando su psiquiatra le recomienda revivir esa época como posible remedio al bloqueo artístico que está sufriendo como pintor, Aleksy no tarda en sumergirse en su memoria y vuelve a verse sacudido por las emociones que lo asediaron cuando llegaron a aquel pueblecito vacacional francés: el rencor, la tristeza, la rabia. ¿Cómo superar la desaparición de su hermana? ¿Cómo perdonar a la madre que lo rechazó? ¿Cómo enfrentarse a la enfermedad que la está consumiendo?

El mes de abril ha sido un desastre en cuanto a lecturas. Prácticamente todas han sido decepciones. El único libro que ha conseguido salvarlo un poquito ha sido este, El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes. Una auténtica maravilla. 

Un adolescente con problemas mentales. Cabreado, rabioso con el mundo, y sobre todo con su madre, a la que odia profundamente. Un verano en un pueblecito perdido en Francia. Un verano para reconciliarse, para conocerse de nuevo, para descubrirse el uno al otro, para afrontar las heridas del pasado, los rencores, las cosas no dichas. Todo eso es este libro. 

El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes está narrado desde el punto de vista de Aleksy, nuestro protagonista adolescente, dramático y con muchos problemas familiares. El principio del libro destila rabia. Está escrito en un estilo tan directo que es brutal. Aleksy no se corta a la hora de describirnos su visión del mundo: es hostil, es afilado, es bruto. De hecho, es tan exagerado que a mí a veces me arrancaba carcajadas. No es que el libro sea humorístico precisamente, pero esta actitud de adolescente frustrado con el mundo y dramático a más no poder a veces me hacía reír. No lo digo como algo malo, todo lo contrario. Me ha encantado ese estilo tan descarnado de la autora, tan a bocajarro. A medida que pasan las páginas, Aleksy se va transformando, y con él el tono de la narración: pasamos del odio a la tristeza, a la melancolía, al arrepentimiento, a la añoranza. 

Desde luego, este es un libro trágico. La vida de Aleksy es un cuadro, su familia no puede estar más desestructurada. El libro no es alegre ni mucho menos, a pesar de lo que ya he mencionado de que a veces me hacía reír, precisamente por su brutalidad (lo sé, tengo un humor de lo más raro). La relación entre Aleksy y su madre es complicada, y mucho. El libro nos narra cómo los lazos entre ellos se van transformando a lo largo de ese verano. A medida que Aleksy comprende a su madre, a medida que aflora su amor por ella, va cambiando las descripciones que hace de sus ojos verdes. Es, sin lugar a dudas, una historia llena de sentimientos, aunque no sea especialmente descriptiva ni se recree en ellos. La verdad es que no lo necesita para calar hondo. 

Narrado a veces a trozos, vamos teniendo una visión entera de ese verano, pero también del presente de Aleksy, de la persona en la que se ha convertido, de cómo ha sido su futuro y de las cosas que vinieron después. El libro tiene frases lapidarias tanto en el pasado como en el presente. Aleksy resulta un narrador inolvidable, que no se anda con pelos en la lengua, que no se esfuerza por ser amable, y precisamente por eso me ha encantado. 

¿La única pega que le pongo a este libro? Es. Demasiado. Corto. ¡Por favor! ¿Sabéis cuando os está gustando tanto una historia que miráis con angustia cómo van pasando las páginas y se va acercando el final? Cuando intentas alargarlo al máximo porque no quieres que se acabe tan rápido. Eso es lo que me ha pasado con este libro. Mención especial para la edición, cosa de la que no suelo hablar en las reseñas, pero es que esta edición es una auténtica preciosidad. El dibujo, el tacto... todo. Me tiene enamorada, de verdad. 

En resumen:  El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes es una novela sobre la relación madre e hijo, sobre perdonar, sobre conocerse, sobre las enfermedades mentales y sobre los errores del pasado. Escrito de forma única y directa, es un libro de calidad innegable, lleno de sentimientos, que lo devorarás sin darte cuenta.