Reseña: Algún día, hoy, Ángela Becerra

Título: Algún día, hoy

Autora: Ángela Becerra
Editorial: Planeta
Número de páginas: 816
ISBN: 9788408179313
Precio: 21,75 €
Puntuación: 8

En una noche de tormenta y barro nace una niña bastarda a la que, creyéndola muerta, bautizan con el nombre de Betsabé. Nadie sabe que en su interior lleva la fuerza de la feminidad, así como la magia y la rebeldía que la harán superar todos los obstáculos. Creará un vínculo indisoluble con su hermana de leche, Capitolina, una pobre niña rica, y ninguno quedará indiferente a su mirada de fuego. Ni siquiera Emmanuel, el revolucionario francés salido del Montparnasse más artístico que, al conocerla, caerá enfermo de amor.

Algún día, hoy narra la historia de Bestabé Espinal: una joven colombiana que lideró una huelga de obreras para luchar por sus derechos y mejorar las desfavorables condiciones de trabajo. Por lo tanto, este libro combina realidad y ficción, aunque tira mucho más a la ficción. La huelga de obreras y el papel que Bestabé tuvo en ella es un hecho real, pero la vida de Bestabé es invención de la autora. 

El libro está escrito al estilo del realismo mágico más puro: bebe muchísimo de Gabriel García Márquez y hasta tiene cameos de algunos de sus personajes más famosos, cosa que me encantó. Aunque no es una saga familiar como tal, los personajes principales son una familia rica de Medellín y habla sobre las relaciones entre ellos. Las idas y venidas, los enredos y las tensiones entre ellos son pilares fundamentales en la historia. Además, la forma de escribir de la autora es exquisita y elaborada, con florituras que a mí me han encantado.

La vida de Bestabé va a quedar unida a la de Capitolina, la hija menor de una familia rica y poderosa, cuando su madre sea contratada para amamantar a Capitolina. Desde entonces, ambas serán hermanas de leche y entre ellas se creará un vínculo único y como mágico. Se harán inseparables: Bestabé, de origen humilde que no tiene nada en la vida y Capitolina, que tiene todos los bienes materiales pero nada de amor por parte de su familia. La vida y el vínculo entre ambas pegará un giro radical con la llegada de Emmanuel a sus vidas, el tercer personaje principal de este libro. 

A pesar de ser un tocho, este libro se devora. Se lee rápido y bien: los capítulos son muy cortos y la forma de escribir de la autora, aunque elaborada, es ágil. Eso sí, también tiene sus baches: a mitad de novela, parece que la historia se queda un poco estancada. Como si la trama no avanzara. Me dio la sensación de que el nudo tardaba demasiado tiempo en llegar, que le faltaba un poco de acción en algunas partes, o menos páginas entremedias. Sin embargo, pasado este bache la historia se recupera y se vuelca de lleno en la huelga obrera de Bestabé y una II Guerra Mundial de fondo. 

La historia de amor, aunque es un instalove en toda regla que no me convencía mucho al principio, me terminó gustando. El drama está servido y los personajes pasan tantas penurias que me encontré deseando que pudieran terminar juntos. No me pasó lo mismo con la relación de amistad entre Bestabé y Capitolina: por la sinopsis parece que va a ser un elemento fundamental en la historia, y lo es, pero solo al principio. En la segunda mitad del libro el personaje de Capitolina desaparece de la historia hasta tal punto que no entendí cuál era su papel en primer lugar. ¿Por qué introducirlo en este libro, si al final su función ha sido bastante irrelevante? Sin duda, es mi mayor pega para Algún día, hoy. 

En resumen: Algún día, hoy es un libro que a pesar de tener sus fallos me ha gustado bastante. Es realismo mágico en el sentido más clásico de la palabra, y eso me encanta. Se lee rápido y engancha a pesar de sus páginas, y tiene buenos personajes. Tiene un bache importante en el ritmo hacia la mitad del libro, y algunas relaciones entre personajes no me terminaron de gustar, pero en definitiva es un libro satisfactorio.