Reseña: El retrato de Dorian Gray

Título: El retrato de Dorian Gray
Autor: Oscar Wilde
Editorial: Espasa
Número de páginas: 248
ISBN: 9788467032536
Precio: 13 €
Puntuación: 7,5

Sinopsis:

El genial Oscar Wilde  quiso hacer de la belleza un refinamiento de la inteligencia, y para ello creó a uno de sus personajes más famosos, Dorian Gray, un hombre que encarna el mal y su castigo. El retrato de Dorian Gray es una de las piedras angulares en los debates entre la ética y la estética, el bien y el mal, el arte y la vida. Un clásico de la literatura que sigue asombrando a todo tipo de lectores.

Opinión personal:

El retrato de Dorian Gray nos habla de Dorian, un joven que posee una belleza casi sobrehumana y mucha inocencia. Seducido por su belleza, el pintor Basil decide hacerle un retrato, posiblemente el mejor de sus cuadros, ya que logra captar todos los rasgos del joven a la perfección, al igual que su esencia. 

Dorian, que en un principio es dulce e ingenuo, pronto queda pervertido al conocer a Henry, quien le habla de la fugacidad de la juventud y de las cosas bellas. Dorian expresa su deseo de mantener su aspecto joven para siempre, y este se ve cumplido, de forma que la vejez y las maldades que cometa no se verán reflejadas en su aspecto ni en su alma, sino en el retrato. 

Las primeras páginas de este libro me costaron un poco, todo hay que decirlo. Oscar Wilde tiene una forma de escribir nada sencilla, llena de largas oraciones, amplias descripciones, vocabulario exquisito y numerosas reflexiones sobre la belleza. Sin embargo, pasada la primera impresión, uno consigue acostumbrarse a la forma de narrar y pronto se mete en la historia. El argumento transcurre sin prisa, sobre todo al principio, que parece que le cuesta un poco arrancar. Después de esto, empieza a coger muy buen ritmo y consiguió engancharme ya hasta el final. 

El estilo, como ya he dicho, no es nada simple, sino que está lleno de diálogos filosóficos, de razonamientos profundos, de teorías sobre la vida y la forma de vivirla... Digamos que no es un libro fácil de leer ni para pasar el rato, aunque con un poco de esfuerzo, es una lectura que se disfruta. 

El placer es muy distinto a la felicidad. Quiero decir que algunas cosas son más valiosas porque no duran.

De los personajes, vale la pena resaltar al famoso Dorian Gray a Henry, sobre todo. Dorian Gray al principio es una persona pura, inocente, a la que la vida nunca ha maltratado y que no ha realizado ninguna perversidad. Sin embargo, también es una persona muy influenciable, porque nada más conocer a Henry, acepta sus teorías y su modo de ver la vida cambia radicalmente. Este giro de 180 grados en el personaje demuestran alguien inmaduro, que no tiene criterio propio y que no sabe decidir por sí mismo, por lo tanto el personaje me pareció bastante voluble, vamos, que no conseguí cogerle cariño ni simpatizar con él, aunque pudiera entender sus tentaciones. 

Henry es el verdadero genio en esta historia. Hay que concederle que tiene una gran labia y un gran poder de persuasión. Sus diálogos son geniales, y cuando expone sus puntos de vista y sus argumentos, hasta yo me sentía tentada de creerle. 

La historia ya es conocida por todos, o al menos por muchos, entre los cuales me incluyo. A pesar de esto conseguía mantener el interés. Con algunas cosas quedé confundida porque al haber visto la película, pensaba que iban a suceder ciertas cosas que luego no pasaron, y viceversa. De todas formas, el libro no ha sido ninguna decepción y es un clásico que recomiendo leer.