Prólogo

Hola chicos! Bueno, he comenzado a escribir una historia y a partir de ahora pondré los capitulos aqui, en el blog :) Dadme vuestra opinion, y sobre todo disfrutadla:

Es invierno. El viento sopla con furia y levanta las hojas secas de los árboles, que ya están en el suelo. Una chica camina con paso apresurado por las calles vacías y silenciosas. Tiene que volver a colocarse la bufanda por culpa del frío. Tiene prisa por llegar, por eso no se entretiene en el parque ni se para ante la panadería en la que siempre compra algo. Se interna en una callejuela estrecha y allí se detiene ante la puerta de un café. Mira a ambos lados, cuando de pronto suena una voz tras ella.
-¡Kenni!
Se da la vuelta, y al verle, sonríe. Corre hacia él y los dos se funden en un abrazo igual que harían dos hermanos o dos viejos amigos que han visto muchas cosas juntos. Ella se separa para observarle mejor.
Los años han dejado cansancio en su rostro y tristeza en sus ojos.
-Hace ya tanto tiempo- murmura ella.
-Sí. Has crecido, estás más guapa-
Después entran los dos en el café y se sientan en una mesa junto a la ventana. Mientras se quitan los abrigos, el camarero se les acerca, ella pide un café y él pide lo mismo que ella.
-¿Por qué me has buscado, Kenn?- pregunta él una vez que se han sentado.
-Porque te traigo noticias. De todo lo que ha pasado durante este tiempo. De todo lo que ha pasado desde que te fuiste- responde Kenni.
Él cierra los ojos como si volviera al pasado sin moverse. Cuando los vuelve a abrir, su rostro refleja todo lo que ha estado sufriendo y que se ha esforzado por mantener oculto.
-Voy a volver- continúa ella-. Quiero que vengas conmigo.
-Cuéntamelo.
-¿Qué?
-Cuéntamelo todo.
-¿Todo lo que ha pasado desde entonces?- pregunta ella.
-No. Todo, Kenn. Desde el principio hasta que llegaste aquí, en este preciso instante, en este momento, en este lugar.
-¿Por qué? Ya conoces la historia...
Él se queda callado mientras el camarero trae los cafés y Kenni se echa azúcar en el suyo. Cuando se va, continúa hablando:
-Porque así, mientras lo recordamos juntos, podré volver a creerme que estoy con ella. No he dejado de echarla de menos en todo este tiempo.
Kenni le observa con tristeza durante unos momentos. Ella es la única que comprende su dolor, porque ella es la única que también lo siente.
-Yo también les echo de menos. A todos.
-Cuéntame la historia- insiste él-. Por favor.
-Es una historia larga, ya lo sabes.
-Tenemos todo el día.
Ella traga saliva y se queda pensativa. Mira por la ventana. Fuera, ha comenzado a nevar. Los copos caen desde el cielo y se quedan varados en el alféizar de la ventana, cubriéndolo de blanco. Pasan unos minutos que a él se le hacen interminables, pero a ella efímeros. Luego, lentamente, comienza a hablar.


Supongo que todas las historias tienen un principio por el que comenzar. Ésta es mi historia, y esto es lo más parecido a un principio que puedo recordar.