Páginas

lunes, 26 de agosto de 2019

Refugio del viento, George R.R.Martin y Lisa Tuttle

Related imageTítulo: Refugio del viento
Autores: George R.R. Martin, Lisa Tuttle
Editorial: Gigamesh
Número de páginas: 315
ISBN: 9788496208933
Precio: 18 €
Puntuación: 8

Unos pocos archipiélagos, diseminados en un océano tormentoso y traicionero, albergan una población que se mantiene en contacto gracias a los voladores. Maris, hija de pescadores, fue adoptada por uno de ellos y logró realizar su sueño, ponerse alas y surcar el cielo, alas únicas, irremplazables, heredadas de los colonizadores de Refugio y uno de los últimos vestigios de su tecnología. Alas que, por derecho, heredará su torpe hermanastro... condenándolo así a perderlas algún día en el fondo del océano.
Refugio del viento nos presenta a Windhaven, un mundo en el que no hay ningún gran continente: todo son islas pequeñas separadas por un mar lleno de tormentas, corrientes y monstruos marinos. Por esta razón, la navegación es muy peligrosa y se ha ideado otro método para comunicarse de unas islas a otras: los alados, personas que poseen unas alas hechas de un material especial y que pueden volar de unos archipiélagos a otros, transmitiendo mensajes. 

Maris, nuestra protagonista, ha soñado toda su vida con volar, pero ella es hija de pescaderos. Hasta que un día conoce a un alado que decide adoptarla como si fuera su hija, enseñarle el arte de volar y, cuando cumpla la edad, cederle sus propias alas. Todo va maravillosamente bien, hasta que este alado tiene un hijo con su esposa y entonces, por derecho y por tradición, las alas ya no son para Maris, sino para su hermano pequeño, aunque no tenga el mismo talento que ella en el aire.

Leyendo solamente la sinopsis, uno puede pensar que todo el libro se va a dedicar a esta lucha de Maris por conseguir sus alas. Pero no. El libro nos cuenta la vida de Maris de principio a fin, y este conflicto no es nada más que el comienzo. Esto me gustó mucho, ya que si el libro se hubiera limitado a hablarnos de cómo Maris intenta cambiar la tradición para conservar las alas, la historia se hubiera quedado en un plano bastante más simple y superficial. Refugio del viento nos cuenta también lo que pasa después, nos hace ver que cambiar una tradición tan arraigada no es tan fácil y desde luego no es cosa de un día, y que los conflictos seguirán sucediéndose durante mucho tiempo, tal vez incluso peores que los que había al principio. Todo esto le da mucha más madurez y profundidad al libro, razón por la que me ha gustado tanto

El tema que se trata aquí, la lucha contra una tradición irracional e injusta, no es precisamente un tema muy novedoso ni original. Sin embargo, se aborda desde diferentes ángulos y perspectivas, lo que lo hace interesante. Termina siendo una reflexión bastante completa sobre el tema. 

Lo mismo ocurre con el mundo creado por los autores: Windhaven. Realmente, el único elemento más diferente que tiene este mundo es la existencia de las alas que llevan los alados para transportar mensajes. No puedo evitar pensar que, si este fuera un libro de fantasía juvenil, el desarrollo se hubiera quedado ahí. Hay personas que vuelan porque tienen alas. Punto. Sin embargo, Refugio del viento aprovecha muy bien este aspecto de la sociedad. A medida que va avanzando el libro, vamos descubriendo cómo funciona la jerarquía de los alados, su relación con los atados a la tierra y con los Señores de la Tierra, sus leyendas y tradiciones, su diferente estatus social dependiendo del archipiélago... termina siendo una sociedad llena de matices, una idea simple pero muy bien ejecutada. En ningún momento del libro te aburres o se te hace repetitivo este mundo, porque siempre vas descubriendo nuevas cosas sobre los alados. 

El libro está dividido en tres partes: la primera es la lucha de Maris por conseguir las alas, y tal vez la más floja para mí. La segunda es la más trepidante, tiene mucho ritmo y se lee rapidísimo. La tercera y última es la más triste, la más melancólica, la que nos habla de la vejez de Maris y, por último, su propia muerte. 

La única pega que puedo ponerle a este libro es que le falta algo de sutileza a la hora de elaborar su crítica social. Hay libros que tienen críticas muy fuertes pero que no son tan obvias, siendo el propio lector el que tiene que pararse a pensar y a establecer similitudes. Aquí no. Los autores prácticamente te gritan la crítica social a la cara, a través de sus personajes. Hay multitud de discusiones con argumentos a favor y en contra, digamos que no hay ni una pizca de sutileza. Sin embargo, tampoco considero esto como un error fatal y, sinceramente, a mitad del libro ya ni lo notaba. 

Refugio del viento es una historia de fantasía que me ha sorprendido, pues ha terminado abarcando mucho más de lo que esperaba en un principio. Aunque el tema que trata y el mundo desarrollado son sencillos, la novela está tan bien hecha que deja huella y hace que el lector se quede dándole vueltas. 

viernes, 16 de agosto de 2019

TTLG: Clichés que me encanta encontrar en los libros



¡Hola lectores!

Aquí estoy con una nueva entrada de esta sección, que ya iba siendo hora. Hace tiempo os hablé de libros que tenían clichés literarios muy bien hechos y ahora vengo a hablaros de algunos clichés que no me importa encontrar en los libros, es más... ¡me encantan!
La idea de hacer esta entrada se me ocurrió por el canal de Raquel Bookish, que tiene un vídeo hablando justo de esto, y me pareció genial.

Lo sé, se ha visto ya en muchos libros, y se usa como excusa para que el/la protagonista salga de su zona de confort, se descubra a sí mismo o se enamore. Es una forma que me encanta para que los personajes evolucionen. También puede haber otras variantes, puede ser simplemente deseos de la infancia o incluso la lista de otra persona. Un ejemplo de esto que me gustó mucho es Mi lista de deseos.

No soy mucho de leer romántica porque es cierto que es un género que tiene bastantes tópicos, aunque si se hacen bien pueden gustarme casi todos. Sin embargo, el de los antiguos amantes que se reencuentran y vuelve a surgir el amor es uno que me encanta, no me cansaría de leerlo y tendría que estar ejecutado muy mal para que no me gustara. Ejemplos de esto son El amante japonés o El último baile.

Este tópico también lo mencionó Raquel en su canal, y no puedo estar más de acuerdo con ella. Aunque me valen e-mails o mensajes en las versiones más modernas, las cartas tradicionales tienen un toque romántico que a mí me puede. Ya sean cartas de amor, como en el caso de Contra el viento del norte (más bien -emails) o ya se trate de una novela epistolar como Las amistades peligrosas, las dos cosas me encantan. 

ME ENCANTA ESTE TÓPICO. Probablemente sea mi favorito. Y me encanta en todas sus variables. Es algo muy típico de las novelas de fantasía la presencia de un maestro anciano y sabio que guía al héroe por su camino. Lo tenemos en Brisingr, en El señor de los anillos, en Harry Potter... También me gusta la figura del héroe ya cansado y viejo que se ve obligado a volver a ejercer su papel, como pasa un poco en Aleación de ley.

En realidad hace mucho que no leo un libro con este cliché, pero estos años han salido unos cuantos que me llaman la atención precisamente por eso. Ya sea porque estén ambientados en una librería, o porque los protagonistas sean amantes de los libros, o simplemente porque la literatura juegue un papel importante dentro de la historia, este tipo de novelas me atraen bastante. Un libro que entra en esta categoría y que recomiendo bastante es sin duda Fahrenheit 451. 

Si tenéis alguna recomendación que entre en alguna de estas categorías, 

¡dejádmelas en los comentarios!

viernes, 9 de agosto de 2019

Reseña: El fin de las flores, M.L. Sandoval

Image result for el fin de las flores
Título: El fin de las flores
Autor: M.L. Sandoval
Editorial: Tríada
Número de páginas: 394
ISBN: 9789569361163
Precio: 17 € 
Puntuación: 8,5

Darien, de nueve estrellas, debe huir junto a su abuelo Folker de un peligroso asesino de niños que ha puesto en jaque a La Nueva Orden.
Mientras tanto, dos de los mejores sabuesos reales siguen los pasos de este último para comprobar la participación de la Iglesia en los terribles sucesos, sin sospechar que sus descubrimientos los llevarán a desafiar su propia lógica. La misma que Beljar, un investigador obsesionado por desacreditar la existencia de Goreon y la religión construida en torno a él, desafiará en una última misión para responder a una sola pregunta, una que nadie ha sabido contestar.
Tenía esta reseña pendiente desde hace ya unos meses y no sabéis las ganas que tenía de hacerla. Tardé bastante en poder leer El fin de las flores porque no había manera de comprarlo en España, así que tuve que esperar un tiempo hasta que pude hacerme con él. Decir que lo cogí con ganas es quedarse corto. 

Esta es una novela de fantasía que tiene tres hilos narrativos distintos: por un lado, tenemos a Darien y a su abuelo, que deben huir de su hogar debido a que un asesino de niños anda persiguiéndolos; por otro lado, tenemos un par de sabuesos (algo así como detectives reales) siguiendo la pista de ese mismo asesino de niños y por último tenemos a Beljar. Beljar es una especie de cazarecompensas que anda buscando un Skeemer, una criatura de leyenda que al parecer anda vagando por este mundo, y Beljar está dispuesto a averiguar qué hay de real en los cuentos. 

El libro está dividido en tres partes: la primera sirve un poco a modo de introducción del mundo y de los personajes, pero no por ello es menos interesante. La segunda parte es una vuelta al pasado de todos los personajes, que nos empieza a revelar ciertas cosas sobre ellos, aunque tal vez fue la que menos me gustó. La tercera es el desenlace, donde se revelan todos los misterios, confluyen las tres historias y se concentra toda la tensión y la acción

Efectivamente, El fin de las flores se ambienta en un mundo fantástico, aunque realmente no es un mundo en el que haya muchos elementos mágicos. Este mundo tiene su propia religión, su propio folklore y sus propias leyendas, pero lo más interesante son las reglas que lo rigen: hace unos veinte años, se instauró un nuevo régimen que impedía abusar sexualmente de los niños, que consideraba a las mujeres iguales a los hombres y que prohibía el racismo. Por supuesto, hay muchas personas que todavía conservan la mentalidad de los viejos días y que desprecian estas nuevas leyes.

Por todo esto, la crítica social está muy presente en este libro. Es fácil encontrar los paralelismos entre este mundo inventado y la vida real. Sobre todo, tengo que destacar la crítica a la Iglesia, muy cruda y sin andarse por las ramas. Pero el autor no sólo habla de la institución, sino también de la religión desde un punto de vista más profundo y espiritual, un toque que le aporta mucha riqueza y madurez al libro. 

Por supuesto, también está el tema de las violaciones y los asesinatos de niños, que parecen estar a la orden del día. Si, este es uno de los temas centrales del libro, y por eso El fin de las flores no es una historia alegre, precisamente, sino que trata temas muy duros y trágicos. De hecho, el libro se siente un poco como un libro de misterio o detectivesco: la persecución de un asesino, personajes que guardan muchos secretos, cabos que se van atando poco a poco, las tres  historias que convergen al final. Además, no faltan las sorpresas y los giros argumentales en este libro. No exagero si digo que el giro a mitad del libro me traumatizó, aunque lo veía venir. Encontramos revelaciones en todas las tramas y, al final, vemos que están mucho más relacionadas de lo que parecía al inicio. 

Por último, lo que me terminó de enamorar de El fin de las flores es la forma de escribir del autor: descriptiva, poética, y totalmente cruda en los diálogos. Además, todo relacionado con los skeemer, el único punto realmente mágico del mundo, me encantó, y el final me pareció el broche perfecto para cerrar esta novela tan redonda. 


En resumen: El fin de las flores es una novela de fantasía que me ha sorprendido, no sólo por los temas tan universales que toca y la crítica que hace, sino también por la trama detectivesca llena de sorpresas y de hilos sueltos que se entrelazan al final. 

lunes, 5 de agosto de 2019

Palabras sin traducción que tienen significados preciosos (II)

¡Hola lectores!

Hace unos meses os traje una entrada en la que compartía con vosotros palabras de diversos idiomas que no se podían traducir directamente y que tenían significados muy bonitos.
Disfruté mucho haciendo esa entrada y tenía claro que quería hacer alguna más, así que aquí os traigo una especie de segunda parte.

Como ya os digo, no soy ninguna experta sobre el tema, simplemente son palabras que he encontrado y que me han fascinado y he querido compartir con vosotros. Así que puede que haya algún significado que no sea del todo exacto o algún error.


Esta es una frase del japonés que tiene un significado parecido a un amor a primera vista, pero no es exactamente lo mismo. Es la sensación cuando acabas de conocer a una persona, de que te enamorarás de él/ella con el tiempo de forma inevitable


Phosphene o Phospehenes es un fenómeno que implica ver luz con los ojos cerrados. Lo más común es que se produzca cuando te aprietas los párpados, y entonces aparecen esos puntitos y estrellas de colores.  Es una palabra que procede del griego: phos significa luz y phainein significa enseñar.


Palabra portuguesa que expresa un sentimiento parecido a la melancolía. Significa anhelar algo que probablemente no existe o que no puede existir, anhelo tal vez por el pasado o por el futuro. No es exactamente tristeza ni malestar, sino un sueño nostálgico, lleno de melancolía.


Esta es otra expresión que también procede del japonés. Hace referencia a la naturaleza transitoria de esta vida, a la impermanencia de las cosas. Todas las relaciones humanas que establecemos se terminarán algún día debido a la propia vida, siempre cambiando.


Palabra rusa que se usa para describir una angustia, una tristeza enorme que no tiene ninguna causa específica. Expresa tormento, tristeza, una sensación de vacío interior absoluto, en sus niveles más altos. 


Palabra portuguesa que significa peinar a alguien -normalmente alguien a quien quieres- suavemente con los dedos, como gesto de cariño.


Procedente del danés, esta palabra describe un cielo oscuro, despejado y tranquilo que está lleno de estrellas y en el que no hay luna.