1984, George Orwell

Título: 1984

Autor: George Orwell
Editorial: Debolsillo
Número de páginas: 352
ISBN:  9788499890944
Precio: 7,5 €
Puntuación: 9,5

Sinopsis: 

En el año 1984 Londres es una ciudad lúgubre en la que la Policía del Pensamiento controla de forma asfixiante la vida de los ciudadanos. Winston Smith es un peón de este engranaje perverso, su cometido es reescribir la historia para adaptarla a lo que el Partido considera la versión oficial de los hechos... hasta que decide replantearse la verdad del sistema que los gobierna y somete.

Opinión personal:

Me decidí a leer 1984 por el reto de clásicos que estoy haciendo y que, por cierto, ya tengo casi terminado ;). En principio era un clásico que no me llamaba demasiado porque no sé dónde había oído que era un poco raro y que tal vez no lo iba a entender, pero no ha sido para nada así.
Por ahora, 1984 es la más brillante y mejor construida distopía que jamás he leído.

En general, el ritmo del libro es más bien pausado, tirando a lento: sin grandes dosis de acción, con pocos diálogos y un objetivo que al principio no parece muy claro. La primera parte del libro (hasta un poco antes de llegar a la mitad) se centra en presentarnos a nuestro protagonista: Winston Smith y el mundo en el que vive. Realmente me quedé asombrada porque el señor Orwell había pensando en todo, hasta el más mínimo detalle de este mundo distópico y de la forma de vida de sus habitantes.
Winston Smith nos cuenta absolutamente todo lo relacionado con su vida, con sus sentimientos, con lo que se permite pensar y lo que no, con el gobierno, con el Gran Hermano... el objetivo de esta primera parte es darte explicaciones y descripciones para que puedas asentar en tu cabeza todo lo relacionado con esta historia antes de pasar a la acción.

Desde el principio podemos ver que Winston no comparte del todo la mentalidad de la mayoría de las personas acerca del sistema de gobierno: es uno de los pocos que se replantea la sociedad en la que vive y si la forma en la que les tratan es justa o no. Podría pecar de poco original: protagonista aspirante a héroe que es el único que decide rebelarse, pero no. No es para nada esto. Winston no es ni el primero ni el último que se replantará la sociedad, pero sí uno de los pocos. Forma parte de esa minoría que es demasiado insignificante como para que pueda alterar en algo al sistema.
Winston no es el gran héroe de una historia, que salvará el mundo de la opresión del gobierno: simplemente, es uno más entre tantos, cuya rebeldía no afectará para nada a los que le rodean.
Este hecho es lo que me hizo darme cuenta de la obra de arte que era este libro. El protagonista no es especial para nada, no tiene nada diferente de los demás. Es como si el señor Orwell escogiera una vida al azar y decidiera transformarla en palabras. Es el autor quien hace este libro especial.

A partir de más o menos la mitad, ya conocemos todo lo relacionado con el Gran Hermano y el libro se centra más en la línea argumental: hay más acciones y menos descripciones, lo que hace la lectura más rápida y amena (que esto no quiere decir que el principio fuera para nada pesado).
Conocemos más acerca de los métodos del gobierno para castigar a los criminales, los castigos de los diferentes delitos y también se nos va desvelando cómo es que son capaces de mantener este sistema que oprime a las personas durante tanto tiempo sin que se cree una rebelión.
Además, la forma de revolucionarse de Winston no se parece en nada a término de "revolución" de otras distopías. Nuestro protagonista no ataca el sistema, no intenta reclutar gente ni hacerse parte de un ejército para acabar con el gobierno: no intenta que la revolución sea general.
En 1984, el simple acto de pensar es un delito, es un acto revolucionario. Simplemente por tener ideas diferentes, por plantearse cuestiones, incluso por amar a los demás, Winston ya es un criminal, aunque nadie más aparte de él lo sepa.

Aparte de plantearnos preguntas acerca de nuestro propio sistema y de la sociedad, se nos plantea el significado y la existencia de la verdad. A través de maravillosos diálogos (sobre todo hacia el final).
La opresión, la vida solitaria, la falta de derechos y los puntos en común que tiene esta sociedad con el nazismo hacen de este libro algo descorazonador, desesperante, que desde la primera hoja no deja en pie ninguna esperanza de un cambio, de una vida mejor.

Por último hablaros del final: simplemente, fue maravilloso, exactamente igual que el resto de la novela. Es un final que dará mucho que pensar y que es el factor que le faltaba a 1984 para terminar de enamorar al lector.

1984 es, sin duda, la mejor distopía que he leído hasta ahora. Con un avance lento pero que se hace ameno, nos presenta un mundo perfectamente construido sobre unos pilares muy fuertes, con un protagonista al que se le coge cariño y confianza enseguida y unos valores que darán comederos de cabeza a cualquier lector.

En una época de engaño universal, decir la verdades un acto revolucionario.